Viajes inesperados.

  Hay días en los que, sin proponértelo, haces un viaje al pasado.

  Todo comenzó buscando una foto.

  Buscaba una foto concreta, sabía que la tenía y, en el camino, encontré un tesoro.

  Recuerdos, momentos, situaciones... 

  Cuánto hemos cambiado. Cuánto hemos crecido.

  ¡Cuántas risas hemos echado!

  ¡Cuántos momentos con amigos!

  El tiempo pasa para todos, desde luego que así es.

  Cuánto cambia tu vida cuando echas la vista atrás.

  Se me han escapado sonrisas y lágrimas. Lágrimas de alegría también...

  Hoy ha sido un gran día. Mi máquina del tiempo me llevó al pasado y me condujo de nuevo al presente para que, con una sonrisa, me ayude a seguir construyendo mi futuro.

  Sonrío...

Momentos...

  Hay días en los que por mucho que queramos, por mucha voluntad que pongamos y por muy buena actitud que llevemos las cosas no salen.

  No salen y no te empeñes en seguir por ahí... no van a salir.

  Debemos buscar otro camino. Un camino más agradable y apacible por el que seguir caminando y seguir aprendiendo.

Siempre hay otra opción.

Siempre hay una salida.

Siempre hay un motivo por y para el cual seguir adelante.

Andar por el sendero con los ojos tapados o mirando hacia nuestros propios pies no nos permitirá ver más allá.

Y el más allá existe. Es enorme. 

Así que, cabeza alta, ojos bien abiertos y la sonrisa puesta.

Disfrutemos del camino.

Cada día.

Cada día una nueva aventura.

Cada día un pasito más.

¿Hacia dónde?

Hacia donde tú decidas.

Siempre hay obstáculos en todos los caminos,

depende de tí la manera de afrontarlos.

Puedes quedarte y lamentarte,

pero eso no te hará ningún bien

ni te ayudará a avanzar.

Manteniendo un actitud positiva,

enérgica y creativa

cualquier obstáculo se convertirá en un reto.

Y los retos superados en triunfos.

Unos se superarán en poco tiempo,

otros serán más costosos

pero todos, todos se pueden superar.

Nunca dejes de soñar.

Nunca dejes de inventar tu futuro.