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miércoles, 26 de febrero de 2014

Tres oportunidades.



  Debería ser el tope máximo.
  Tres.
  Una es poco, dos no son suficientes, pero tres... tres debería ser definitivo.

  A cada uno le duele lo suyo obviamente, pero jamás nos ponemos en el lugar de los demás ¿eh? Eso ya es más complicado y requiere su tiempo y, hoy, parece que no tenemos tiempo para nadie más excepto para nosotros mismos.

  Pero... ¿qué pasa cuándo los demás se cansan de ir detrás de ti? 
  ¿Qué pasa cuándo se cansan de estar pendiente de ti?
  ¿Qué pasa cuándo se preocupan de sus propios asuntos y dejan de preocuparse por ti?

  Entonces son malos. -Fíjate lo que ha hecho. -Qué solito estoy.

  Entonces, es entonces cuando nos damos cuenta de lo que teníamos, cuando ya es tarde y lo hemos perdido porque nunca hemos valorado lo que teníamos con nosotros.
  Lo veíamos como una cosa normal, que está aquí porque tiene que estar y punto; sin ni siquiera pensar en las obligaciones que está dejando de atender, el tiempo que nos dedica y su cansancio debido a su poco descanso por ocuparse de ti.

  Ahora ya han pasado tres.
  La gente se cansa.
  Las personas tienen su vida, sus obligaciones, sus quehaceres.
  Se acabó.
  Se preocupan de lo que realmente se tienen que preocupar... ¡Su Vida! Que por ellos no se preocupa nadie y se ha tenido abandonada por ti, y tú no has sido capaz de agradecer.

  Tres.
  No más.
  Ahora... vienen los lamentos.
  Es tarde. 

miércoles, 19 de febrero de 2014

Piensas.



  Piensas que por qué a ti.
  Piensas qué has hecho tú mal.
  Piensas que eres culpable...

  No. Párate y verdaderamente piensa.

  No todo depende de ti. Hay más factores. Hay más personas.
  Las cosas pasan y pasarán, y depende de ti y sólo de ti la manera de salir airosa de la situación.

  Todo tiene solución. Todo tiene una salida. Todo tiene un final.

  Todo sucede para hacernos crecer en fuerza, en sabiduría, en ingenio.

  Cada día una nueva aventura.
  ¡Cada día somos más grandes!

viernes, 14 de febrero de 2014

San Valentín.


   Hoy es 14 de febrero.
  Hoy es San Valentín.
  Hoy se supone que es el día en el que nos decimos cuánto nos queremos.
  Hoy es el día en el que nos hacemos regalos para demostrarnos nuestro amor.

  Para mí no es necesario.
  Para mí me lo demuestras cada día.
  Para mí lo importante es tenerte siempre a mi lado.
  Poder contar contigo siempre.
  Dormir contigo y poder despertar a tu lado.
  Que me hagas sonreír cuando no tengo fuerzas y que me abraces cuando estoy triste.
  Compartir contigo los buenos momentos y apoyarnos y hacernos más fuertes en los malos.

  Hoy, hace años que nos vimos por primera vez. El destino nos unió un día como hoy. Las circunstancias de cada uno no eran las más apropiadas para que estuviésemos juntos pero el tiempo, el destino o alguna flecha de Cupido hizo que nuestros caminos fueran uno solo.

  Juntos somos un perfecto Yin-Yang:
  -Yin era el nombre del lado frío de la montaña, aquel que mira al Norte.
  -Yang era el nombre de aquel más cálido, dirigido al Sur.
  -Yin es el lado oscuro, la noche y lo femenino.
  -Yang es la luz, el lado masculino.
  -Yin es la Luna, el Agua y la Tierra.
  -Yang es el Sol, el Fuego y el Paraíso.

  Eres mi calidez, mi luz, mi paraíso.
  ¡Te quiero!


A mi vida, a mi amor, a Santi.

viernes, 7 de febrero de 2014

Bajar un escalón.


  Todos tenemos derecho...
  Hay momentos, frases o palabras hirientes, hechos que quizá me hagan bajar un escalón.
  No es agradable pero es lo que hay.
  Duele... duele y mucho preocuparse de los demás, dejar todo lo tuyo y... ¿para qué? Para que ni lo aprecien, ni lo valoren. Simplemente lo ven como una obligación que tú tienes. Y eso no es así.
  Podré bajar un escalón, y lo hago, pero sólo para retomar las fuerzas y volver a subirlos de tres en tres.
  Aprendizajes de la vida que no se enseñan en ningún sitio, directamente los aprendes o no, y te los encuentras donde y cuando menos te lo esperas.
  Dicen que lo que siembres recogerás, ahora mismo dudo de ello, pero espero que algún día cada uno reciba lo que realmente merece.

No se puede... Sí se puede...



  No se puede pretender que todos los que te rodean estén para servirte...
  No se puede querer que todos te adulen, alaben y den siempre la razón...
  No se puede pensar y decir que vales más que los demás...
  No se puede pisar a quien intenta ayudarte...
  No se puede menospreciar a nadie...
  No se puede...
  No se debe...
  
  Sí se puede pedir ayuda... y allí estaremos.
  Sí se puede conseguir que respeten tus opiniones, aunque no se compartan.
  Sí se puede valorarte si lo mereces.
  Sí se puede agradecer a quien te ayuda y se preocupa por ti.
  Sí se puede valorar a la gente por lo importante que son todos y cada uno.
  Sí se puede...
  Sí se debe...

  El respeto no se dá, el respeto hay que ganárselo.